Silvia Núñez Esquer / Opinión
Una vez más nos encontramos en el proceso para elegir a la titular de la Coordinación Ejecutiva del Instituto Sonorense de las Mujeres.
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| De entre diez aspirantes se designará a la próxima Coordinadora Ejecutiva del ISM |
Como se sabe, la Ley 181 del ISM de la que emana el método para elegir a quien dirigirá la institución encargada de promover y garantizar la transversalización de la igualdad de género en el Poder Ejecutivo y la política pública de igualdad, fue impulsada por un grupo de ciudadanas que pusimos por delante la premisa de la ciudadanización del ISM.
La mayoría con experiencia en temas de igualdad de género, no violencia contra las mujeres, y justicia para las víctimas de feminicidio y desaparición, incluso, peticionarias de la Alerta de Violencia de Género contra las Mujeres, declarada para seis municipios de Sonora en 2021.
Es por ello que, al entrar en vigencia la Ley que crea el ISM nos convertimos en observadoras permanentes de todos los procesos internos y externos que afectan y/o competen a la institución de las mujeres en Sonora.
De ahí que, habiendo experimentado la primera ocasión en que se convocó abiertamente para nombrar a la titular del ISM, proceso que concluyó con el nombramiento el 16 de noviembre de 2021, hemos registrado las fallas y las buenas prácticas que se vivieron.
Algunas incluso, actualmente formamos parte de los órganos auxiliares del ISM nombradas formalmente por medio de otra convocatoria en la que resultamos elegidas.
El nombramiento de la Coordinadora Ejecutiva del ISM, prerrogativa del titular del Poder Ejecutivo, nos obliga a expresar sin demora algunas preocupaciones y a plantear otras tantas a manera de necesidades urgentes.
El ISM ha permanecido callado, aislado, desvinculado de las mujeres, sin programa de trabajo propio, sin identidad, con una política de aislamiento de los temas que le atañen, sin el vigor que caracteriza a las mujeres para retomar las preocupaciones y propuestas para mejorar y dignificar a esa institución que es de todas las mujeres en Sonora.
Los recientes dos años han sido de oscuridad en la política de igualdad por parte del ISM. Eso nos obliga a redoblar esfuerzos para que su elección no vuelva a ser por designación acordada previamente, sino producto de una verdadera decisión meditada, entre los mejores perfiles.
Quien quede al frente del ISM deberá comprometerse a sacarlo del marasmo institucional y tendrá que defenderlo y convertirse en gestora de presupuesto y otros insumos, así como cohesionar al personal con experiencia tomando en cuenta el capital humano con formación afín.
No debería quedar un perfil que por el solo hecho de ser militante o cercana al partido en el poder sea designada al frente del Instituto Sonorense de las Mujeres.
No debería haber designación de personas que solo se comprometen a someterse a las decisiones del ejecutivo, sin levantar la mano para defender y promover sin tregua los derechos de las mujeres.
El ISM necesita una mujer que esté dispuesta a convocar a todas las mujeres, no solo a quienes sean cercanas a ella, o que se rodee de quienes solo estarán para elogiar sus acciones, aún si no son consecuentes con el objetivo del ISM.
Suena fuerte, pero se debe cuidar a la institución de mujeres oportunistas que solo ven en el ISM un trampolín para acceder a otros puestos de mayor nivel, sin que esto signifique mejora para la instancia por la que luchamos tantas mujeres.
El ISM se creó para una finalidad que todavía no se ha alcanzado: lograr la igualdad plena entre mujeres y hombres. Su trabajo debe impactar en toda la administración estatal y por supuesto en la población de todo el estado.
El ISM no se merece más pasividad ni puertas cerradas. Ya hemos escuchado bastante que: El instituto “no tiene presupuesto”, pero no se hace nada al respecto.
Tampoco queremos que mujeres que han demostrado utilizar la violencia institucional contra el personal del ISM pueda a volver a ejercer alguna función en esa instancia, por lo que es necesario revisar acuciosamente las trayectorias y el comportamiento de cada una de las candidatas que ya han trabajado en el ISM, incluso en alguna otra instancia de Gobierno.
El Insittuto Sonorense de las Mujeres debe poner el ejemplo de armonía y sororidad entre las mujeres, no dar cabida a las funcionarias violentas que emulan los métodos antiguos, retomando lo peor de los hombres en el ejercicio público.
Las mujeres deberíamos poder opiniar, proponer, respaldar, arropar, incidir, en la política de igualdad entre mujeres y hombres en el Estado de Sonora, a través del ISM, entre otras instituciones.
El instituto es nuestro, por eso deberíamos siempre ser escuchadas y consultadas. Para ello se requiere una titular que entienda su papel histórico y no continúe con las viejas prácticas de negligencia programada para extinguir las instituciones.
No es deseable al frente una mujer que trabaje para el patriarcado ayudando a extinguir el ISM. Las mujeres en Sonora requerimos una instancia de la mujer vigorosa, como lo fue an algún momento.
El gobernador será quien finalmente designe a la titular, de entre las tres mujeres con mayor puntaje que obtengan de la calificación de hoy, en la sesión de la Junta de Gobierno del ISM.
Esta será una elección muy observada, esperamos que también sea ejemplar. El ISM no es solo una posición política, ni un trampolín. Es hora de dignificarlo, de recobrar su vigor. Se necesitan menos fotos, más acción, y sobre todo, más vinculación con las mujeres.
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