Silvia Núñez Esquer | Hermosillo, Sonora | 18 de mayo 2020
A 320 años de su fundación, con la promoción del Corredor Biológico, Hermosillo está experimentando un renacer. La cada vez más profunda conciencia sobre el deterioro ambiental y climático, ha hecho surgir numerosos grupos ciudadanos que cada uno desde su particular interés y posibilidades aporta un grano de arena para que Hermosillo vuelva a ser el oasis que le dio origen.
El proyecto de Corredor Biológico de Hermosillo surgió justo hace un año, con la primera reunión el 14 de mayo que convocó a profesionistas y activistas quienes desde entonces no han parado de trabajar en la gestión, educación, difusión, investigación, intervención de campo, formación ambiental, y lucha decidida por lograr bajar la temperatura de la ciudad.
En sus crónicas sobre el origen de Hermosillo, Lian Karp dice:
“La región costera central de Sonora, alrededor de los valles que forman los ríos Sonora y San Miguel, estuvo habitada ya en el siglo XV por grupos indígenas. De manera que cuando los españoles pasaron por la confluencia de aquellos ríos este sitio ya era refugio de diversas etnias.
Específicamente el lugar donde se localizaba el entronque de los cauces de los ríos ya mencionados, era conocido por los pobladores originales como Pitiquim, Pitiqui o Bapusahui cuyo significado es ‘Junta de dos ríos’. Este era un lugar que les ofrecía seguridad a sus ocupantes, además de que les proporcionaba buena tierra para la siembra junto con abundancia de agua. Comprendía lo que hoy es La Sauceda, el vaso y vertedor de la presa, teniendo por el norte a los cerros de El Ranchito, por el sur la serranía de La Iglesia Vieja, por el poniente los llanos de la costa y por el oriente la junta de los ríos”. Continúa información
A 320 años de su fundación, con la promoción del Corredor Biológico, Hermosillo está experimentando un renacer. La cada vez más profunda conciencia sobre el deterioro ambiental y climático, ha hecho surgir numerosos grupos ciudadanos que cada uno desde su particular interés y posibilidades aporta un grano de arena para que Hermosillo vuelva a ser el oasis que le dio origen.
El proyecto de Corredor Biológico de Hermosillo surgió justo hace un año, con la primera reunión el 14 de mayo que convocó a profesionistas y activistas quienes desde entonces no han parado de trabajar en la gestión, educación, difusión, investigación, intervención de campo, formación ambiental, y lucha decidida por lograr bajar la temperatura de la ciudad.
En sus crónicas sobre el origen de Hermosillo, Lian Karp dice:
“La región costera central de Sonora, alrededor de los valles que forman los ríos Sonora y San Miguel, estuvo habitada ya en el siglo XV por grupos indígenas. De manera que cuando los españoles pasaron por la confluencia de aquellos ríos este sitio ya era refugio de diversas etnias.
Específicamente el lugar donde se localizaba el entronque de los cauces de los ríos ya mencionados, era conocido por los pobladores originales como Pitiquim, Pitiqui o Bapusahui cuyo significado es ‘Junta de dos ríos’. Este era un lugar que les ofrecía seguridad a sus ocupantes, además de que les proporcionaba buena tierra para la siembra junto con abundancia de agua. Comprendía lo que hoy es La Sauceda, el vaso y vertedor de la presa, teniendo por el norte a los cerros de El Ranchito, por el sur la serranía de La Iglesia Vieja, por el poniente los llanos de la costa y por el oriente la junta de los ríos”. Continúa información
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