Ella nos narra sobre sus hábitos adquiridos en la infancia y cómo han permanecido a lo largo de su vida. En confinamiento, Irma continúa con sus actividades habituales como nos cuenta en su texto.
Disfrutemos pues del escrito de Irma Alma Ochoa Treviño, de Monterrey, Nuevo León.
Relatos de Mujeres COVID-19 | Hábitos
Por: Irma Alma Ochoa Treviño | Monterrey, Nuevo León
En
un intento de estar enterada de lo que acontece me acostumbré a leer el
periódico desde la A hasta
la Z, excepto los anuncios de ocasión. Admito que en
el mundo global que habitamos es difícil estar al tanto de las noticias que, de
una u otra manera, desenhebran la aguja o rompen el hilo con el que hilvanamos
nuestros sueños o proyectos. Como lo ha hecho esta pandemia que, nos confina en
casa, para disminuir los contagios y no agotar los recursos humanos, médicos, químicos
y técnicos, con que cuenta el sistema de salud pública.
Ilustración proporcionada por la autora |
Una
de las acciones que a diario repito es leer la prensa temprano por la mañana. Solía
recoger las ediciones impresas del periódico antes que el gallo cantara y
tomara una taza de café. De madrugada, a eso de las 4 horas estaba lista para
leerlo, pero tuve que cambiar el horario por la extrema violencia que se asentó
en la ciudad.
Empecé
a leer el periódico a temprana edad, en la década de los 50´s. A falta de
libros y pocas bibliotecas en la ciudad, leíamos la sección infantil, a la que
llamábamos “monitos”. El domingo, mientras mi madre y abuela cocinaban y
limpiaban la casa, la nietada nos sentábamos alrededor del abuelo materno, quien
nos entretenía haciéndonos leer algunas secciones del periódico El Porvenir o de
El Norte. Continúa lectura
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