Estoy muy molesta. Me explico:
La ley de equidad de género es, en teoría una maravilla legal que
permite a las mujeres tener el mismo
número de oportunidades que los
hombres para aspirar a un puesto de elección popular. Pero para ser
candidata elegible, hay que ser una mujer exitosa en carrera y familia,
impecable según los estándares de una sociedad conservadora. En la
práctica es una tomada de pelo, porque cualquier hombre con influencias
políticas, para su partido, su candidatura vale más que la de diez
mujeres preparadas. Total, en estos tiempos, mujeres preparadas hay a
granel en todos los ámbitos.
La ley de equidad de género nos obligaría en teoría, a voltear a ver las
competencias profesionales, trayectorias, experiencias, contacto con la
sociedad, gremios… pero no. El botox es tema de campaña. El peso de las
candidatas también, porque los comentarios van de “pinche gorda”, al
photoshop, o a “lo falsas que se ven”, o “vieja operada”, “seguro es
amante de alguien” y la favorita de los machos: “puta”. Llegamos a un
punto surrealista en el que, gracias a las redes sociales, sobran
opinadores y faltan argumentos inteligentes.
Este fenómeno es muy visible en las cuentas de redes sociales de las
candidatas. Los community managers de las campañas, no sufren con los
candidatos. Son las cuentas de candidatas en las que tienen que estar
cuidando los comentarios denigrantes, hechos tanto por hombres como
mujeres. La política no es un concurso de belleza, las candidatas no
están para modelar, ni para que te cases con ellas, ni para que las
manden a lavar y planchar (comentario verídico de un hombre a una
candidata: “que se regrese a lavar y planchar a su casa, una vieja no me
va a gobernar”). Continúa lectura
Del blog de: Renée Angélica García
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