Fomenta Dirección de Atención a la Mujer cultura de la
denuncia
Hermosillo, Sonora, 18 de noviembre de 2012.- Un grito,
un manotazo o un empujón en la espalda, son prácticas de violencia que Tomasa,
ama de casa con 35 años de casada, veía tan normales que jamás pensó que estaba
bajo una bomba de tiempo a punto de estallar ante la menor provocación. Procedente de Ures, Tomasa reconoció la problemática que
vivía en casa al cambiar su residencia del mítico pueblo a la capital del
estado, donde anuncios y programas de televisión le permitieron visualizar la
violencia que generaba su marido y que hoy repite uno de sus hijos. “Desde pequeña en casa de mis padres, yo sufría por
golpes que mi mamá me propinaba; ésa fue una de las razones por las cuales a
los 15 años decidí casarme y alejarme, sin embargo, mi marido empezó a
violentarme desde que nos casamos. Para mí no era nada nuevo el que me dieran
un empujón o me gritaran, eso hacía mi mamá”, recordó. Continúa información
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