La desvergüenza con que se ventilan las negociaciones políticas por los hombres y las mujeres más poderosos (al menos eso creen y nosotros lo hemos creído) del país es una prueba contundente de la impunidad que prevalece en nuestro país.Que fácil tener poder cuando posees los poderes fácticos, o los poderes fácticos te tienen, cuando tienes en tus manos las vidas y haciendas de tus agremiados, cuando amenazas y ante la desinformación de todo un pueblo nos hacen creer que mediante el voto elegiremos a nuestros gobernantes, cuando se gastan millones de pesos en campañas ridículas a sabiendas de que las negociaciones se hicieron ya no en lo obscurito, sino a plena luz del día y ante las miradas atónitas unas y complacientes otras de los que todavía se desgarran las vestiduras por sus partidos. Continúa información
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